ACAF: 'LA TEORÍA DE LA ENIGMÁTICA APLICADA'

La Bienal Europea de Arte Contemporáneo Manifiesta 8 que ha tenido lugar en Murcia durante el año pasado hasta principios de este 2011, y que tuvo como hilo conductor el diálogo de Europa con el norte de África "en tanto concepto y como topografía en expansión" dado el "inherente al carácter nómada de Manifesta", ha reunido a diferentes grupos de trabajo entre artistas y equipos curatoriales que han intentado establecer diálogos transdisciplinares en una sociedad cambiante y en un contexto internacional.

Uno de los equipos curatoriales de Manifiesta 8 es la ACAF, Alexandria Contemporary Arts Forum, un proyecto artístico dirigido por Bassam El Baroni y Mona Marzouk que tienen como misión el "compromiso constante con proyectos que ponen en contacto artistas emergentes y consolidados, estudiantes universitarios, y distintos profesionales de contextos que reconocen el valor de una información y una experiencia informal, no hierática y de libre circulación".

Pues bien, todo esto para mostraros un texto muy interesante que a puesto en circulación la ACAF y que quiero compartir con ustedes, lo que han dado en llamar:

LA TEORÍA DE LA ENIGMÁTICA APLICADA

Lo conocido desconocido es el tema que nos gustaría abordar. ¿Qué creemos, pero no sabemos que creemos, acerca del arte contemporáneo y la práctica del comisariado? ¿Y qué acerca de la política, la geografía o la historia humana? ¿Y de la comunicación de la diferencia cultural mediante las infraestructuras culturales actuales? ¿Qué codificación se da en
los puntos en los que los detalles mundanos de la vida cotidiana se encuentran con los sectores de la política y la cultura?.
La apropiación del arte en tanto que herramienta para un programa social y político nos ha inhibido de ubicar el conocimiento y las creencias arraigadas de los que no somos plenamente conscientes, pero que no obstante albergamos en nuestro inconsciente colectivo. Es hora de empezar a entender el inconsciente colectivo del arte y de localizar cuáles podrían ser los problemas reales al alcance de la mano o, aún mejor, qué podría ofrecernos algunas soluciones.
La teoría de la enigmática aplicada entronca con un análisis de la situación actual del arte a partir del cual busca actuar como un algoritmo cultural, conduciéndonos hacia algunas resoluciones para los interrogantes anteriores. Mediante su aplicación, la teoría debería encaminarnos hacia la concepción de un proyecto complejo y con varios niveles de lectura
que, al tiempo que se inscriba en lo que denominamos “sistema del arte”, inaugure una ruta hacia su objetivo final sin recurrir a la mayoría de las sendas trilladas o ampliamente criticadas que derivan en un “proyecto de éxito”.
Así pues, la teoría de la enigmática aplicada debería considerarse una interfaz que puede emplearse táctica y estratégicamente en contextos donde los intentos de comunicación artística fracasan sin remedio y devienen en esfuerzos impotentes cuyo único valor se da en la coyuntura política. En otras palabras: la teoría es una interfaz que reformula el vínculo relacional entre lo curatorial, lo político, lo cultural y las prácticas de los artistas. Al someter tanto el proceso del comisariado como la práctica artística al funcionamiento de tal interfaz, las interconexiones entre los factores resultantes acontecen en un entorno que refleja el hecho de que el mundo actual es demasiado complejo para ser circunscrito a un discurso de criticidad vernácula en el círculo del arte o a la versión de la historia de un comisario. Como la mayoría
de las interfaces, la teoría de la enigmática aplicada no es completamente objetiva. Sin embargo, las “subjetividades curatoriales” inherentes a este proyecto no son, lógicamente, el único propósito de esta materialización.

Las cinco propuestas de la teoría de la enigmática aplicada son:

1
OPONER RESISTENCIA AL INCONSCIENTE COLECTIVO DEL ARTE CONTEMPORÁNEO
Parece existir un cierto inconsciente colectivo que sirve para conectar múltiples aspectos en la esfera del arte contemporáneo. En lo que conocemos como “mundo del arte” existe algo que recuerda a una psique autónoma compartida que influye en muchos de los planteamientos recientes del arte, del comisariado y del discurso artístico. La teoría de la enigmática aplicada propone anticipar las influencias de este inconsciente colectivo y proponer medios constructivos para seguir avanzando.
La exposición de arte temática, por muy meditada que esté, en términos generales desempeña la función de encapsular la realidad para designarla como algo que puede asimilarse al modo de una narrativa. Tal es uno de los múltiples aspectos a los que la teoría de la enigmática aplicada desea responder, y lo hace oponiendo una resistencia intrépida a las narrativas anecdóticas y monolíticas que degradan la complejidad de las ontologías con las que el arte disfruta relacionándose.

2
ASIMILAR LA HERENCIA DEL HUMANISMO INSTITUCIONALIZADO
Fue en la década de los ochenta, la era de la política cultural, cuando se instauró la exigencia de una justificación clara de toda actividad artística oficial. En este contexto, los proyectos y las exposiciones de arte se concebían para operar en el seno de un sistema de bases lógicas y expectativas preimpuestas en relación con la función del arte en la sociedad, lo que ha quedado impregnado en el arte actual. Fue en esa misma época cuando surgió gran parte de la historia relativamente reciente de las narrativas curatoriales.
En tanto que herederos de discursos teóricos característicos que se han recuperado rápidamente, incluida la crítica institucional, es preciso analizar y reformular estos mismos discursos para abordar los temas importantes relacionados con la política cultural. Urge particularmente hacerlo mientras aún afrontamos una industria de metalenguajes que impone una red de crisis sobre otra con una introspección crítica, un bucle de retroalimentación perpetua de crisis y criticidad.

3
SER COMPLEJIDAD
La teoría de la enigmática aplicada busca abrazar la complejidad indefinida, los modos complejos en los que los humanos se posicionan y permiten ser posicionados, en las intricadas e interconectadas tramas de múltiples hilos políticos, culturales, biológicos, económicos y psicológicos. ¿Cómo puede un proyecto de arte empezar a abordar la sofisticada y caprichosa red de la complejidad de la vida? Quizá este dilema explica en parte por qué se popularizó la idea de la criticidad en tanto que objetivo y por qué la narrativa monumental sigue gobernando en las exposiciones.
“Criticidad” y “generación narrativa” son dos patrones que rehúyen tratar la complejidad. La primera lo hace volviendo la vista hacia sí misma, principalmente a través del lenguaje, mientras que la segunda actúa creando la ilusión de que una narrativa subjetiva parcial (una especie de desmitificación de la vida) puede conducir al entendimiento y, por ende, al cambio.
A partir del reconocimiento de nuestra incapacidad para procesar la complejidad en términos puramente académicos, esta teoría pretende afrontarla de cara, ejemplificarla y encarnarla.“Ser complejidad” equivale a reconocer la naturaleza enigmática de muchos aspectos del statu quo, además de la misión harto imposible de procesarlo en un proyecto de arte. Aún así, es posible
perfilar una metodología, una teoría que nos ayude a avanzar a través de estos estratos. Aquí es donde entra en juego la teoría de la enigmática aplicada. Quienes apliquen esta teoría no deberían asumir la identidad de profesionales que trabajan a partir de esta cultura colectiva de la herencia. En su lugar, esta identidad debería ser algo que emerge, de tal manera que uno adopta el papel enigmático del viajero y su obra se convierte en una senda por la que perderse deliberadamente para luego volverse a encontrar.

4
APLICAR LA ENIGMÁTICA
Si oponemos resistencia al inconsciente colectivo del arte contemporáneo, a sus arquetipos, así como a sus narrativas monumentales y, al hacerlo, conseguimos dilucidar las fórmulas heredadas de nuestro discurso crítico, si buscamos encarnar la irracionalidad y la complejidad de la vida e insistimos en hacerlo, si conseguimos alcanzar este estadio, entonces, nos habremos situado en la
zona de la enigmática, un espacio donde conocemos y experimentamos de manera instintiva ideas y emociones potentes, aunque nos resulte problemático traducirlas en algo anecdótico para el público.
La enigmática inaugura un nuevo espacio psicológico para la implicación con el público, puesto que depende de controlar el impulso de resumir debido a la encarnación de la complejidad. Por consiguiente, la enigmática puede englobar todo un abanico de cualidades, actitudes y prácticas en el seno de la cultura contemporánea, que son capaces de ampliar las posibilidades de nuestra conciencia o quizá de nuestra resistencia al espacio, al tiempo y a la política hegemónicos.

5
EMPIEZA A AFLORAR UN PUNTO DE EQUILIBRIO
¿Cómo puede uno justificar su obra, sea esta curatorial o artística, cuando súbitamente se ve privado de las opciones de la criticidad y la desmitificación de la narrativa? En el sistema político-cultural hegemónico actual se espera que uno produzca bajo el imperativo de que el proyecto “tiene un propósito”, ya sea ser crítico, analizar o investigar algo. Al depositar su énfasis en el proceso, la teoría de la enigmática aplicada permite establecer un espacio-tiempo temporal. En dicho espacio-tiempo, un proyecto puede convertirse en un vehículo que puede emplearse para descubrir algo que forma parte de la complejidad de la vida, a la vez que corre en paralelo a esta. De ahí se deriva la necesidad de justificación, que prácticamente siempre pretende representar las complejidades de la vida —aunque sin conseguir ni de lejos encarnarlas— y, con ella, emerge temporalmente un punto de equilibrio en el sistema en el que evidentemente esta continúa inscribiéndose.

Vía Artterritories